

Club privado en monasterios
Inspirado en los locales clandestinos de la ciudad de Nueva York durante la ley seca, este club privado nos traslada a plenos años 20.
El trabajo de carpintería, el mobiliario clásico y la tenue iluminación de las estancias inspiran conforman un lugar elegante, refinado y sofisticado.


Un muro de madera en espiga, con espejos que flotan gracias a una iluminación indirecta y unos elementos verticales dorados que crecen a los lados del mismo sectorizan la sala, elevándose y formando separadores compuestos por mesas, espejos que llegan hasta el techo e iluminación, contrarrestando el espacio horizontal.









El uso de elementos y materiales de naturaleza noble destaca por su disposición en el Club, así como por su actuación potenciadora.
